Érase una vez un joven deformado de nacimiento por una gran mancha oscura en su cara. Cuando salía a la calle toda la gente lo miraba, pensando que aquella mancha casi negra de su cara continuaba hacia dentro, por su sangre, hasta deformar también su corazón.
Pero el joven sabía que en su interior, donde nadie podía alcanzar a ver, él era hermoso, más hermoso que cualquiera de aquellos monstruos que le despreciaban desde sus cuerpos sin mancha.
Y una mañana, por un instante, tuvo la oportunidad al fin, de mostrar a todos cómo era él realmente.
Esta es la historia de ese instante.
Esta es la historia de aquella oportunidad, única.
Pero el joven sabía que en su interior, donde nadie podía alcanzar a ver, él era hermoso, más hermoso que cualquiera de aquellos monstruos que le despreciaban desde sus cuerpos sin mancha.
Y una mañana, por un instante, tuvo la oportunidad al fin, de mostrar a todos cómo era él realmente.
Esta es la historia de ese instante.
Esta es la historia de aquella oportunidad, única.